Artículo de María Alicia Loperena (2008) llamado "El autoconcepto en niños de cuatro a seis años"
En resumen, hemos visto que de pequeños creamos nuestra identidad y es en la edad adulta cuando nuestro autoconcepto se estabiliza. Además, el autoconcepto y autoeficacia se relacionan ya que si yo tengo una buena visión de mí mismo/a, seré más eficaz en mis tareas. Por otro lado, la ineficacia personal se desarrolla cuando tenemos expectativas muy altas hacia nosotros mismos y no las puedo cumplir. Para evitar esta frustración, es importante la autorregulación. Por último, es muy importante el autoconcepto operativo (afecto y motivación) ya que primero es lo que creo que soy y más tarde al crecer, lo que creen los demás. Y el autoconcepto en aspectos afectivos, motivacionales y evaluativos, la autorregulación frente los valores o normas de una cultura o sociedad, la experiencia personal y su relación con los otros.
Características del autoconcepto hasta los seis años.
Hasta esta edad la construcción del autoconcepto está en proceso y será positiva si se dan relaciones de afecto y respeto. Autoconcepto e inteligencia están relacionados ya que será de una manera u otra dependiendo de los intereses, acciones, etc.
Según Hart y Damon (1986) los niños/as ya tienen concepciones sociales y psicológicas (estados emocionales, relaciones) aunque más simples. Según Vigotsky (1975), el niño/a interpreta su mundo a través de las relaciones sociales, la cultura, etc.
La valoración personal a estas edades se basa en lo que los demás piensan de él. A los 3 años, ya adquieren la conciencia de sí mismos como seres independientes de otros, identifican estados de ánimo en sí mismos y en los demás, atienden a sus necesidades básicas, etc.
Harter (1998), a los 4 años ya se autodefinen con características físicas, de comportamientos, preferencias, relaciones. Lo que hacen y su autoconcepto son inseparables y no reconocen que su yo real no es lo mismo que su yo ideal.
Entre los 5 y 6 años están muy influenciados por los adultos y su autoconcepto es global, no entienden que pueden ser buenos para unas cosas y para otras no.
Fuente: https://goo.gl/4Z0Eyw
Fuentes de las expectativas de autoeficacia en la infancia.
Estas expectativas están influidas por el contexto emocional y social. Según Bandura (1986) surgen de: autoeficacia directa (depende de sus logros y su propia opinión), fuente vicaria de autoeficacia (la comparación de él/ella con los demás), fuente persuasiva de la autoeficacia (indicaciones verbales o persuasión de los otros a él/ella) y fuente emocional (nivel de activación fisiológica y emocional del niño/a ante una situación). Lo fundamental es aportarle seguridad para confiar en sí mismo/a y elabore expectativas de autoeficacia positivas para tener un buen autoconcepto.
La retroalimentación de los agentes socializadores: la importancia del papel de maestras y familiares. ¿De qué manera la percepción que el alumnado tiene de sí mismo impacta su conducta y su desempeño escolar?
En los primeros años la autoestima depende de la valoración de los otros y solo cuando comenzamos la adolescencia comenzamos a valorarnos en nuestra competencia. La conformación del autoconcepto positivo en los primeros años depende del papel de la familia y al entrar en la escuela, de los docentes. Según Harter (1985), las motivaciones serán positivas o negativas según la percepción de competencia que tenga de sí mismo/a en función a los éxitos y fracasos, a la retroalimentación de los demás, etc. Los niños/as con alto rendimiento se sienten competentes y reaccionan positivamente al trabajo y están satisfechos. Los niños/as con bajo rendimiento se sienten mal, incompetentes y sin interés. En ambos casos, las situaciones tienden a repetirse. Todas las personas que tengan que ver con la educación del niño/a deben favorecer un entorno emocional positivo, de confianza, seguridad y respeto que propongan retos alcanzables con apoyo. Es fundamental que el niño/a tenga seguridad y apoyo en el aprendizaje. La autoestima elevada se debe a un alto apoyo social y a una divergencia entre lo que cree que lo que hace realmente. Ambos aspectos son importantes para a construcción de un autoconcepto positivo.
Fuente: https://goo.gl/FtwPEu
Opinión personal.
Pienso que desde el nacimiento necesitamos que nuestro autoconcepto sea positivo ya que todo repercute en nuestra adultez. Para conseguirlo, al principio no depende de nosotros mismos/as sino que nuestro autoconcepto depende de los demás, de cómo nos ven, de la seguridad y apoyo que sintamos. Conforme vamos creciendo, ya va siendo algo más personal. Para conseguir que nuestro autoconcepto sea positivo necesitamos un clima de apoyo, comprensión y motivación pero sin que las expectativas sean muy altas, ni las de los demás, ni las propias, si no surgirá la ineficacia personal, pensaremos que no logramos los retos porque somos malos en ellos, no porque sean difíciles o imposibles de alcanzar. Para esto, la autorregulación es fundamental pero no sencilla ya que este aspecto es más nuestro y pienso que va acompañado de la edad. Necesitamos en todas las edades, por supuesto, afecto y motivación (autoconcepto operativo).
Sí pienso que el autoconcepto esté en estrecha relación con aspectos cognitivos como el pensamiento, las emociones, los intereses, etc. Además, desde que nacemos ya sentimos, ya oímos a los demás, ya pensamos, entonces ya tenemos una idea y un pensamiento que, conforme van pasando los años, va creciendo a un autoconcepto positivo o negativo de nosotros/as mismos/as. Lo que está claro y en lo que coincide cada autor, es que el papel del adulto y del entorno en general, es fundamental y un papel clave en la construcción de la opinión sobre uno mismo/a, aunque en cada edad sea un papel más preciso como hemos visto.
Por otro lado, encontramos la autoeficacia, que es esa sensación de control de “saber lo que hago y que lo hago bien porque lo puedo conseguir”. Estoy completamente de acuerdo en que dependerá de mis logros y de lo que opino yo mismo ya que si no logro mis propósitos sentiré que he fracasado y mi autoeficacia la próxima vez será peor, no lo conseguiré. Además, todos nos hemos comparado alguna vez con los compañeros, porque si yo quería ser la mejor en el fútbol y todos los méritos se los llevaba mi compañera, yo me sentís fracasada, o triste y esto hace que en el siguiente partido no lo dé todo debido a que pienso que no puedo. Por el contrario, si recibo alabanzas y palabras de ánimo, yo sentiré que puedo con todo. Por último, si yo me pongo muy nerviosa ante un examen, por ejemplo, seguramente me vaya peor que si estoy tranquila y pienso que saldrá bien. Porque estos ejemplos, a todos nos ha pasado alguna vez ya sea para bien o para mal.
Hablando de la motivación, creo que es imprescindible una motivación activa y positiva por el entorno que nos rodea y en caso del niño/a más. Que tu familia, tus compañeros/as y tus profesores/as confíen en ti, te apoyen, te den seguridad y te respeten es fundamental para el desarrollo de la confianza en las propias posibilidades. Creo que el fracaso no existe si recibimos un buen feedback cuando algo nos sale mal y que, a la siguiente vez, puede convertirse en éxito. Por el contrario, el niño/a al ver que sus seres más queridos no le apoyan, se desanimará, se sentirá incompetente y el fracaso será cíclico.
En resumen, como maestros/as y colaboradores con las familias, debemos conseguir que entre todos el niño/a se sienta motivado, seguro, con confianza en sus posibilidades, aportándole retos alcanzables y ofreciéndole afecto y palabras de apoyo, para que, de esta manera, el niño/a consiga tener un autoconcepto positivo y una alta autoestima.
A continuación, unas ideas de Arteducarte (2011) para favorecer el buen desarrollo del autoconcepto en los hijos/as o alumnos/as.
Fuente: https://goo.gl/ieoenF
NOTA: (No me deja justificar el texto)
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